Somos medicina. El poder de la magia reside en nosotras. Es precisamente esta frase la que más me resonaba durante una ceremonia reciente.
Últimamente me canso de ver soluciones externas a desencantos internos, un creciente número de cursos que se anuncian como la panacea para sanar nuestros dolores; esos que en su día fueron calmados por el prozac, la psicoterapia, el yoga y ahora con el chamanismo y las «mujeres salvajes». Y hay algo que me rechina de todo esto… saltándome el prozac, creo que en mi camino he buscado tanto fuera… en la psicoterapia, eneagrama, gestalt, psicología sistémica, sexología, yoga, meditación, psicodelia, los astros… pero cuando la mirada vuelve a mi día a día, mi sentir y mis acciones…parece que nada cambia; que pasado el «high» y el efecto opiaceo de la terapia de turno, la sensación de desasosiego, de vacío, de carencia…siempre regresa.
Es por esto que me enfadan tanto estas promesas vacías envueltas en un perfecto plan de marketing que hace que hagamos click en el botón de COMPRAR.
Yo no se de estrategias de marketing, se de mi proceso, se de terapia, de trabajo, de disciplina, de mirar cara a cara a mis dolores, a mis pesares. Se de lo que me ha servido y de lo que puedo compartir contigo. Se que nadie puede venir a salvarme como el principe azul que nos vendieron en su corcel blanco y con la solución para mi vida y mis dolores.
Por eso te propongo un viaje para ser tu propia maestra, tu propia «guru» ; un viaje con camino y destino en la sanación de heridas, en la trascendencia de esta; un camino hacia la resolución de aquello que nos pesa; un camino en el que tomar el poder que nos ha sido otorgado y que hemos olvidado; el poder de nuestra responsabilidad, de hacernos «mujeres medicina», de regresar a esa sanadora.
Esa sanadora que reside en cada abuela , su abrazo y sus hierbas; esa que existía en las mal llamadas brujas por su capacidad de reunirse y compartir, por la posibilidad de utilizar sus palabras con determinación y confundirlas con hechizos. Esa sanadora que hay en cada madre que sabe leer el llanto que describe la necesidad de su hijx…
Aprendamos a leer nuestro llanto, nuestras necesidades; dispongamonos a esa escucha interna que resuelve, ese abrazo que nadie puede darnos más que nosotras; ese mecernos como si fuesemos lo más amado en el mundo; aprendamos a soltar ese grito que libera y sana; ese orgasmo que resetea energía y revitaliza cuerpo, mente, alma.
Atrevámonos a ser hijas, amantes, madres, abuelas; con toda la sabiduría que reside en estos arquetipos dentro de nosotras, con todo el poder que nos confiere permitirnos todas ellas.
Todas tenemos una mujer medicina dentro, muchas! las que somos y todas las que nos preceden en nuestro linaje; por eso te invito a traerlas todas a esos círculos que celebramos cada mes; en el que ninguna sabe más que la otra; y en las que nos adentramos en un viaje a lo desconocido; un camino hacia ser mujeres libres, sanas, flexibles y conectadas con el poder que lo sana todo: El amor
Descubre el próximo Shakti night.
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